4 de marzo de 2008

mujeres. Cap 11

Es curioso como las cosas que nos ocurrieron mientras estuvimos juntas son tan fáciles de escribir ahora que no estás. Hay muchas cosas que no recuerdo bien, especialmente lo relativo a la muerte de mis amigos. No tengo recuerdos claros sobre el funeral de Hernán, excepto que lloraste, mi amor. Lloraste como nunca te había visto llorar. Eso y que Diego y Marcelo volvieron a vivir con sus respectivas familias, vendimos la casa y repartimos el dinero en partes iguales. Nosotras volvimos a tu departamento y, por un tiempo, todo pareció calmarse. No supimos más de Sanka ni de la droga hasta un par de meses, cuando una llamada en la mitad de la noche nos despertó.



- Alo?
- Yo! Ursula me love! Como está todo
- Que queres Sanka, son las 4 de la mañana.
- Está Fernanda?
- Llámala en la mañana. – Colgaste el teléfono antes de que Sanka pudiera responder.
- Era Sanka?
- Si, quería hablar contigo. Le dije que llamara en la mañana

Volvimos a dormir. A la mañana siguiente y mientras tú te duchabas, el teléfono volvió a sonar. Sanka de nuevo, quería verme. Te lo expliqué de manera rápida mientras terminava de vestirme.

- Ten cuidado, no sabemos lo que quiere ahora ese negro de mierda. – Me gritas desde la ducha
- Si amor, no te preocupes, cualquier cosa te llamo.
- Estás segura que no quieres que te acompañe?
- Estoy bien, llevo la pistola.

Dejo atrás la puerta del departamento, bajo a la calle y tomo un taxi, mientras parte, me parece ver un vehículo de investigaciones detenerse frente al edificio, el taxi dobla la esquina y lo pierdo de vista.

Llego donde Sanka, hay menos gente que lo acostumbrado y ya no suena la música. El Jamaicano se ve demacrado, sus años se marcan aún más en el angustiado rostro.

- Necesito tu ayuda – Me dice, con un tono que denota desesperación.
- Que pasa Sanka?
- La mitad de mi gente ha sido deportada a Jamaica y la policía está buscándome, necesito un lugar donde esconderme.
- Ya. Y? Qué tiene que ver eso conmigo?
- Eres la única que puede ayudarme!, pero eso no es lo peor. Creo que Ursula puede estar ayudándolos
- Ayudando a quién?
- A la policía! De que otra manera explicas que hayan decomisado un cargamento en Arica? Nadie más sabía!
- Y por que no me lo dijiste antes? – No podía creer lo que Sanka me decía. Mi amor, si lo hubiera sabido entonces.

Mi única reacción fue abofetear al negro de mierda y volver al departamento. Ahí estabas tú, esperándome, tan radiante como siempre. Las maletas estaban hechas. Por alguna extraña razón, decido no comentarte la conversación que tuve con Sanka.

- Y esas maletas?
- Nos vamos amor – Me dices, con esa sonrisa de niña que tienes
- Dónde?
- A Arica. Te tinca? Quiero bañarme en una playa del norte.
- No sé, tengo un par de negocios que atender en Santiago esta semana…
- Vamos! Va a ser divertido! – Tu poder de convencimiento termina por derrumbar mis defensas y acepto.
- Ya, vamos.
- Ya!!! Tenemos una hora antes que salga el avión

Llegamos al aeropuerto, tomamos el avión. Despegamos. Si hubiera sabido entonces mi amor. Si hubiera sabido. No habría tomado ese vuelo, te habría obligado a quedarte en Santiago. Quizás aún estarías viva. Quizás aún estaríamos juntas.

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