1 de marzo de 2008

mujeres. Cap 8

Si hubiera sabido entonces las cosas que pasarían, habría tomado el dinero y habría desaparecido, te hubiera llevado conmigo y nos hubieramos ido del país, antes que todo saliese de control. Antes que pasaran las horribles cosas que empezaron a pasar desde que conocí a Sanka. Te extraño tanto amor. Pero pronto me reuniré contigo. Sólo espérame un poco más. Quiero que todos sepan lo que vivimos juntas.


El taxi se demora menos de lo habitual en llegar a la clínica. Claudia está nerviosa, pálida. La recepcionista anota sus datos y mientras esperamos que nos atiendan leemos revistas viejas, de esas que abundan en las salas de espera. Finalmente, desde el pasillo una enfermera llama a Claudia.

- Claudia Fuentes?
- Aquí – responde ella. – Vamos – me dice mientras se levanta.

Entramos a la oficina del médico, un señor calvo de aspecto bonachón. Tras las preguntas de rigor, y el olor a anestesia que invade el lugar, prefiero ir al grano y ahorrar toda la charla.

- Doctor, lo que queremos preguntarle es algo que va en contra de toda ética, pero conociendo sus antecedentes y tomando en cuenta que estamos en confianza, iré directo al grano.

La sonrisa del doctor desaparece de su rostro y sus manos se entrecruzan, nerviosamente.

- Mi amiga quiere abortar. – Digo, sin bacilaciones
- Un millón de pesos.
- Los quiere en efectivo? – Respondo de inmediato.

El doctor levanta el teléfono, marca un anexo y le dice a la enfermera al otro lado de la línea:

- Angélica, cancela las horas para el resto de la tarde por favor, no voy a poder atender.

Dicho esto, se levanta, comienza a recoger sus cosas y nos dice:

- Nos vemos en 2 horas en Bilbao con Pedro de Valdivia, la operación se hará en otro lugar.

Nos despedimos de él, nos levantamos de nuestros asientos y salimos de la clínica. Las nubes comienzan a formar extrañas figuras en el cielo. Claudia no ha hablado una palabra desde que entramos a la oficina del médico.

- Estás segura que quieres hacer esto? – Le pregunto.
- ….Si… - Responde, aún dudando.
- Claudia, no es necesario que lo hagas.
- Voy a hacerlo!
- Entonces vamos.

La caminata hasta Bilbao nos sirvió para relajar a Claudia y hacer correr el tiempo hasta la hora indicada. Puntualmente aparece el médico en la esquina y nos pide que le acompañemos.

- Todo está listo en la sala de operaciones.

La sala de operaciones no es más que un departamento que cuenta con una camilla, algunos elementos básicos para operar y un monitor cardiorrespiratorio.

- Desnúdese y recuéstese en la cama, por favor. – Le dice a Claudia. – Usted me temo, va a tener que esperar afuera. – Me dice.

Salgo de la habitación y mientras espero, decido comprar una caja de cigarros, la primera en mucho tiempo.

4 comentarios:

dijo...
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dijo...

11. aaaaa, igual el otro día me metí pa acásh y leí casi everything

;)

dijo...

12. pq hay que aprobar los comentarios? eres súper discriminador, i hate you

dijo...

13. así nunca nadie en todo chile querrá postearte!!! nadie se meterá pa acá pq controlas nuestra oportunidad de opinión!
eres ultra mala ondi