18 de octubre de 2008

pausa

por que a veces necesito una patada en la cabeza para ponerme a escribir de nuevo

Quien se ofrece?

31 de marzo de 2008

sola

Ella subió en la estación Salvador. Creí que iba a hacer trasbordo a la línea 5, pero se mantuvo dentro del vagón, como esperándome. Me prometí que si no se bajaba en Los Héroes le hablaría. No se bajó. A veces, nuestras miradas se cruzaban y yo trataba de entablar conversación, pero los nervios me traicionaban. Cuando ella se bajó en República decidí seguirla. Vi como subía las escaleras y corría a besar a quien la esperaba en la estación. Desilusionado volví al andén, un nuevo tren abrió las puertas. Entré y miré hacia las escaleras, ella bajaba llorando. Sola



13 de marzo de 2008

vecinos. Cap 2

La micro se demora algo más de lo esperado en el trayecto del supermercado a la casa. Las 3 bolsas que llevo llevan apenas lo suficiente para poder sobrevivir unos cuantos dias. Me bajo del bus. Doblo la esquina y entonces la veo, una patrulla de carabineros y una ambulancia estacionadas frente al edificio. Subo las escaleras sin siquiera detenerme frente al ascensor y llego jadeando a nuestro piso. Ahí estabas tú, tu cabeza bañada en sangre, sentada en el piso mientras un paramédico checkeaba que todo estubiera bien. El bastardo de tu novio yace inerte en la entrada de tu departamento. La garganta brutalmente cercenada, su brazo derecho completamente destrozado y su mano aún sosteniendo un revólver. Un policía lo cubre ya con la lona celeste con la que tapan a los muertos. Me viste. Tu voz suena quebrada cuando pronuncias mi nombre. Las bolsas caen al suelo mientras corro a abrazarte…



Comenzamos a conversar cuando, como en tantas películas y novelas, mi falta de organización hogareña me obligó a acercarme a tu puerta y golpear para pedir algo con que endulzar mi café. Abriste la puerta. “Si?” Me dijiste cuando abriste la puerta. Con una irónica sonrisa respondí. “Disculpa lo cliché de la situación, pero, me podrías prestar un poco de azucar?”. Sonreíste. Me invitaste a pasar. Me pediste disculpas por el desorden. Entraste a la cocina y me dijiste “Tengo azucar justa para dos tazas de café. Te importa si la tomamos juntos?. Despues de todo hay que conocer a los vecinos”. Y así transcurrió nuestro primer desayuno, entre tazas de café y cigarros. La hora voló y tuve que partir.

Nunca pensé que un par de días despues, la situación de invertiría y serías tú ahora quien estaría en mi puerta usando una frase cliché como excusa para poder pasar un momento juntos. Comenzamos a acostumbrarnos a eso, a desayunar juntos. Nuestra relación fue creciendo. Éramos más que amigos, menos que amantes. Había entre nosotros una confianza y comprensión plenas. Muchas veces te aconsejé. Muchas veces me dijiste que él cambiaría. Otras veces, las mas, llegabas con los ojos inundados de lágrimas y pasábamos horas en la cama, tú llorando y yo consolándote.

…Estallas en lágrimas en el momento en que mis brazos rodean tu cuerpo, como sintiéndote ya en casa, segura. El fiscal ya llegó y, tras mirar la evidencia, te envía a realizar exámenes y constatar de lesiones para determinar si fue en defensa propia. El paramédico toma suavemente tu brazo y te indica que es hora de ir. Te levantas, te digo que nos veremos luego, que no te preocupes. Tú tratas de sonreír y te vas con ellos. Los carabineros terminan su labor en la escena y se llevan el cuerpo de quien atentó tantas veces contra ti.

Ya todo había acabado. Pronto podrías volver a tu departamento y a nuestros desayunos juntos, ahora sin llantos. Enciendo un cigarro para calmar mis nervios y me asomo a la ventana. La ambulancia parte mientras su sirena resuena estridente entre las calles de la ciudad. La noche había caido sin que me diera cuenta y ahora el cielo gris amenaza con romper en lluvia…

Sus gritos y los tuyos me despertaron temprano en la madrugada. Encendí la luz de mi habitación mientras le oía gritarte y amenazarte de muerte. Esos celos enfermizos, esa mirada de odio que lanzaba cada vez que me veía. Ese día no lo soporté mas y en cuanto se fue golpeé a tu puerta. Te pedí que nos fuéramos lejos. Que te olvidaras de él y partiéramos donde nadie nos conociera y comenzáramos una vida nueva. Por millonésima vez me juraste que él cambiaría. Que dejaría de tratarte mal y que ese mismo día volvería con un ramo de flores y las cosas por fin serían como siempre las habías soñado. Tu rostro ya se estaba hinchando y comenzaba a tomar el color oscuro típico de los golpes. Por millonésima vez también te pedí que te cuidaras y que me llamaras si me necesitabas. Me despedí de ti, cogí un cigarro y salí a tomar fotografías como suelo hacer.

10 de marzo de 2008

vecinos. Cap 1

El sonido de tu piano me despierta temprano en la mañana. De entre el desorden de mi habitación selecciono unos pantalones relativamente limpios y la única camisa que todavía no apesta. Enciendo mi primer cigarro del día mientras ejecutas virtuosamente algunos movimientos de algún compositor que no logro identificar. Tu música me droga, altera mi realidad. Suelo encontrarme a mi mismo sentado en el sillón, con los ojos cerrados y con una colilla apagada entre mis dedos, tan solo con tu música como compañía.


Las melodiosas notas se interrumpen violentamente al comenzar los gritos de tu pareja. Poco después, las ya tan comunes peleas, la quebrazón de platos, los gritos de dolor y, finalmente, un portazo y tu llanto ahogado junto a la ventana. Las cosas siempre han sido así…

Recuerdo cuando llegaron al departamento junto al mío, una pareja joven, al parecer culta, sin nada que pareciese de valor más que un piano de cola, negro azabache, magníficamente conservado.

Fue mas tarde, despues del ajetreo tan típico de las mudanzas, que pude escucharte tocar por primera vez. Las dulces notas surgían magníficas al tocar las tecas con tus bellas manos. Me enamoré de tu música, y a través de ella, de quien la ejecutaba con tanta maestría.

No fue si no hasta casi un mes despues que te ví por primera vez en detalle. Era tarde en la noche. Nos topamos de casualidad en el hall de entrada y tomamos juntos el ascensor. Llevabas tu rubio pelo tomado en una cola que descendía seductoramente por el escote de tu vestido. Un leve olor a alcohol te delató, habías estado bebiendo.

“Hola” fue la primera palabra que escuché de tus labios, y tu bello rostro, maquillado por el vino, me pareció más hermoso entonces que nunca después. “Hola” te respondí, y no supe que más decirte. El ascensor se detuvo en un piso que no era el nuestro, un hombre subió y la magia se acabó. Nos despedimos con la mirada y cada uno entró a su mundo. A su espacio. A tu música y belleza. A mi olor a tabaco y encierro.


…Tus llantos cesan lentamente. Recuperas la calma. Sales de tu departamento y tus fágiles manos golpean mi puerta. Tu rostro, amoratado e hinchado por los golpes tus ojos inyectados de sangre por el llanto. Me abrazas, rompes a llorar de nuevo mientras me preguntas por qué te tocó vivir esta vida. Por qué no te enamoraste de mí. Por qué sigues aguantando a ese bastardo.

Un café, una ducha tibia y ya estás mas calmada. Por enésima vez trato de convencerte de que denuncies a ese hijo de puta. Pero tus respuestas son siempre negativas. La caja de cigarros vacía descanza arrugada cobre la mesa y el último cilindro agoniza humeante entre mis labios, a punto de extinguirse.

Te levantas, me abrazas, me agradeces por escucharte y me dices que te vas. Yo tomo tu brazo al vuelo, te miro a los ojos, pienso en todo lo que puede haberte dado y te suplico que te cuides. Tú me sonries, con los ojos aún inyectados de sangre, y te acercas a besar mi frente. “A mi también me gustaría”, me dices. Cierras la puerta y te vas. Momentos despues, me encuentro llamando al ascensor para ir a comprar más cigarros. Un Réquiem suena en el fondo, como profetizando un posible desenlace fatal.

7 de marzo de 2008

mujeres. Cap 13 (final)

Aquella fue la última conversación que tuvimos, la última vez que nos besamos. Pienso en esos momentos ahora y no entiendo cómo no me di cuenta antes. Cómo no vi tu traición y tus mentiras. Recuerdo esos dos días en el hotel y lloro por nosotras. Te amo todavía, a pesar de todo. Te comenté esa noche sobre lo que dijo el botones. Tú no pareciste sorprenderte.


- Pero estás segura que no es una trampa? – Te dije, justo antes de partir.
- Segura. Confía en mí amor, dentro de poco todo habrá acabado.

Carlos había llegado durante la madrugada, y nos esperaba en el lobby del hotel cuando bajamos para partir al desierto. Tu cabello estaba recogido en una hermosa cola de caballo que caía lisa y seductora desde tu nuca.

El viento jugaba con mi cabello mientras salíamos de la ciudad y el Sol calentaba ya nuestra piel con los primeros rayos de la mañana. Tal como nos había dicho, el botones, sin el uniforme con el que lo habíamos visto en el hotel, nos esperaba en la salida. Junto a él, dos desconocidos esperaban dentro de una camioneta.

- Temía que no vinieran. Vamos, no tenemos tiempo que perder. – Dijo antes de subirse en el asiento del conductor de la camioneta. – Síganme.

Ahora entiendo tu hermetismo, amor, cuando te preguntaba sobre nuestro viaje al desierto con el botones. Cuando hablabas por celular a media voz, tratando que nadie te oyera.

Llevábamos ya 20 minutos siguiendo al botones cuando me pasaste este chaleco anti balas, y la pistola que acabó con tu vida. Me dijiste que todo acabaría pronto, que las armas y la protección eran sólo como disuasión. Sólo cuando nos bajamos, junto a otra camioneta idéntica a la que seguíamos, que me explicaste lo de la transacción de drogas. Carlos esperaría en el auto.

Lo que vino después fue una extraña sucesión de imágenes fijas. Algo salió horriblemente mal. Vi a los desconocidos de la camioneta bajarse y tomarte de los brazos. Vi a Sanka bajarse de la otra camioneta y al botones acercándose a saludarlo. Los vi humillarte, golpearte, ultrajarte. Tu brazo roto colgaba en una grotesca posición detrás de tu cabeza, mientras uno de los bastardos rompía tus pantalones. Fuiste violada mas veces de las que puedo contar, frente a mi, mientras yo me encontraba en un estado de catarsis. Incapaz de reaccionar.

Sanka se acercó a mí y me susurró al oído que yo era la siguiente. Recuerdo haberme enfurecido. Miré al negro bastardo a los ojos y desenfundé la pistola. Apreté el gatillo antes que los demás pudieran darse cuenta de lo que estaba pasando. Carlos disparó desde el auto a quien se encargaba de custodiarlo. Comenzó entonces un tiroteo, parapetados tras los autos. Como pude te arrastré hasta donde Carlos se encontraba disparando, detrás de una de las camionetas. Dos mal nacidos cayeron antes de que un el botones terminara con la vida de Carlos con un certero disparo en el corazón.

Todo quedó reducido entonces a la escoria humana que nos disparaba y nosotras.

- Podemos estar así un buen tiempo, señoritas.
- Cállate! Te voy a matar!

No sé cuanto tiempo pasó antes de escuchar el grito del botones. Un escorpión lo había picado. La distracción fue suficiente y en tres pasos llegué a su lado. Me miró entonces y se supo derrotado.

- Te voy a hacer pagar, hijo de la grandísima puta!!

El primer disparo atravesó su pie derecho. Su grito se vio silenciado por otro disparo en el pie contrario. Fueron trece en total amor, trece disparos que no se comparan a lo que sufrimos nosotras. Cuando la última bala dio en su cráneo volví a ti, a tu agonía.



Fue donde te ví entonces donde yaces ahora, muerta. Tus ojos casi inexpresivos me comunicaron una verdad que no quería aceptar. No lo lograrías. Tenias dos impactos de bala en el abdomen, tus ropas destrozadas, y tus brazos y piernas estaban fracturados. Ibas a morir. Apunté a tu cabeza, Y comencé a pedirte disculpas mientras las primeras lágrimas caían de mis ojos. Disparé…

Me senté entonces en una pequeña roca, a dos metros de tu cuerpo sin vida. Tomé una vieja libreta que estaba en el auto de Carlos y comencé a escribir nuestra historia, ya sabes como termina.

Una nube de polvo se levanta desde el desierto a lo lejos, lejanas sirenas anuncian que es la policía. Nada de eso importa ya. Tomo la pistola que descansa a mi lado, introduzco el cañón en mi boca cuidando de apuntar detrás del paladar. La policía se acerca, puedo distinguir ya a las 3 patrullas. No importa, cuando lleguen, amor, estaremos juntas de nuevo. Cierro mis ojos, presiono el gatillo. Click. No quedan balas.


6 de marzo de 2008

como chucha llegaste? Vol I

Ya, el blog tiene algunas visitas y de a poco está creciendo. Es por eso que lanzaremos una nueva sección y, copiando a NPC les presento.... "Como chucha llegaste?". Una sección extraída directamente desde las estadístics de google para que sepan como está llegando la gente al blog.

Mas info después del salto...


Ránking top ten de las búsquedas mas extrañas...
10.- anima sola como es su nombre verdadereo
que poético. que tiene que ver conmigo?

9.- blog sushi
eso me gustó, pero acá no vendemos de eso.

8.- hormigueo en la espalda
pues ráscate

7.- mrpuck
el mismo que viste y calza

6.- que significa la palabra remate
alguien tiene un diccionario?

5.- que significa traviesa
leer Nº 6

4.- que significa weon
por ahí hay un monólogo del temita

3.- sex
¬¬ caliente de mier...

2.- valparaiso
hermosa ciudad portuaria

y por último, el mas WTF del día...
1.-¿que pasa si mi perro se comio un condon?
sin comentarios...

5 de marzo de 2008

mujeres. Cap 12

El avión aterriza sin novedades en el aeropuerto de Arica. El ajetreo del desembarco y el movimiento típico del aeropuerto me ayudan a olvidar las cosas que dejamos atrás, aunque sólo sea por un tiempo corto. Una brisa tibia despeina nuestros cabellos cuando salimos del edificio principal mientras el aire de mar inunda mis pulmones. Nos registramos en un hotel, no muy caro, pero acogedor. Del tipo que ocuparías en un viaje de negocios o en un fin de semana lejos de casa.


Comienza la media tarde y nosotras ya estamos bajando a la piscina del Hotel, dispuestas a descansar un poco del agotador viaje. Caminamos seguras de nuestra belleza. Las miradas de los hombres presentes no se hacen esperar y, mientras te tiendes cuan larga eres junto a la piscina, yo saco el bronceador y comienzo a untártelo en la espalda.

- Amor, por qué no te desamarras el bikini? Se te puede manchar. – Te digo, en voz alta, para que puedan oírnos.
- Desamárramelo tú, por favor.
- Mejor sácatelo, para que el bronceado quede parejo.

Te sacas el sostén sin pudor, revelando gran parte de tus atributos. Las miradas atónitas del público presente se fijan en tus pechos cuando yo unto bronceador sobre ellos. Te acercas, me abrazas y me besas. Comenzamos a jugar como dos niñas despertando a la sexualidad. Un empleado del hotel se acerca a nosotras, es jóven, no más de 25 años, su rostro está completamente ruborizado.

- Discúlpenme señoritas. – Dice, despues de aclarar su garganta.
- Dime? – respondes, antes de reir por las cosquillas de mi lengua en tu cuello.
- Hay algunos huéspedes que se sienten de alguna manera pasados a llevar con sus muestras públicas de afecto. Sería posible que, de alguna manera, se moderaran?
- Mmm… Está bien, pero con una condición – Dices. Tu mirada revela segundas intenciones
- Cual sería esa? – Responde el botones, algo dubitativo.
- Quiero que subas a nuestra habitación hoy en la noche.
- Pero eso es en contra de las políticas del establecimiento.
- Entonces seguiremos en lo que estábamos
- Está bien. Haré lo posible. – El botones da media vuelta y se va. Notoriamente molesto.
- Es él.
- Cómo?
- Nuestro contacto, es él.
- Contacto? Qué contacto?
- Más tarde te lo explico. Por ahora déjame broncearme un poco.

Te acomodas en la silla y cierras los ojos para tomar una siesta, yo tomo un libro que había traido y me pongo a leer, pero lo que dijiste sigue dando vueltas en mi cabeza. Después de un rato, me tiendo junto a ti en una silla y me dispongo a dormir.

El mismo empleado me despierta bruscamente de lo que, hasta el momento, había sido un sueño perfecto. En su defensa me aclara que es hora de cerrar la piscina y despejar el área. No te veo por ninguna parte. Asumiendo que estás en la habitación, entro al hotel y me acerco al ascensor. El botones, que me ha estado siguiento, se detiene detrás de mí.

- Tenemos que hablar
- Perdón?
- Espérenme al amanecer en la salida de Arica hacia el desierto – Da media vuelta y se va.

El ascensor abre sus puertas y entro en él. Llego al décimo piso, donde está nuestra habitación. Me acerco a la puerta, deslizo la llave en la chapa y entro.

- …No te preocupes, ahí estarán. El cargamento es nuestro.
- Amor?

4 de marzo de 2008

mujeres. Cap 11

Es curioso como las cosas que nos ocurrieron mientras estuvimos juntas son tan fáciles de escribir ahora que no estás. Hay muchas cosas que no recuerdo bien, especialmente lo relativo a la muerte de mis amigos. No tengo recuerdos claros sobre el funeral de Hernán, excepto que lloraste, mi amor. Lloraste como nunca te había visto llorar. Eso y que Diego y Marcelo volvieron a vivir con sus respectivas familias, vendimos la casa y repartimos el dinero en partes iguales. Nosotras volvimos a tu departamento y, por un tiempo, todo pareció calmarse. No supimos más de Sanka ni de la droga hasta un par de meses, cuando una llamada en la mitad de la noche nos despertó.



- Alo?
- Yo! Ursula me love! Como está todo
- Que queres Sanka, son las 4 de la mañana.
- Está Fernanda?
- Llámala en la mañana. – Colgaste el teléfono antes de que Sanka pudiera responder.
- Era Sanka?
- Si, quería hablar contigo. Le dije que llamara en la mañana

Volvimos a dormir. A la mañana siguiente y mientras tú te duchabas, el teléfono volvió a sonar. Sanka de nuevo, quería verme. Te lo expliqué de manera rápida mientras terminava de vestirme.

- Ten cuidado, no sabemos lo que quiere ahora ese negro de mierda. – Me gritas desde la ducha
- Si amor, no te preocupes, cualquier cosa te llamo.
- Estás segura que no quieres que te acompañe?
- Estoy bien, llevo la pistola.

Dejo atrás la puerta del departamento, bajo a la calle y tomo un taxi, mientras parte, me parece ver un vehículo de investigaciones detenerse frente al edificio, el taxi dobla la esquina y lo pierdo de vista.

Llego donde Sanka, hay menos gente que lo acostumbrado y ya no suena la música. El Jamaicano se ve demacrado, sus años se marcan aún más en el angustiado rostro.

- Necesito tu ayuda – Me dice, con un tono que denota desesperación.
- Que pasa Sanka?
- La mitad de mi gente ha sido deportada a Jamaica y la policía está buscándome, necesito un lugar donde esconderme.
- Ya. Y? Qué tiene que ver eso conmigo?
- Eres la única que puede ayudarme!, pero eso no es lo peor. Creo que Ursula puede estar ayudándolos
- Ayudando a quién?
- A la policía! De que otra manera explicas que hayan decomisado un cargamento en Arica? Nadie más sabía!
- Y por que no me lo dijiste antes? – No podía creer lo que Sanka me decía. Mi amor, si lo hubiera sabido entonces.

Mi única reacción fue abofetear al negro de mierda y volver al departamento. Ahí estabas tú, esperándome, tan radiante como siempre. Las maletas estaban hechas. Por alguna extraña razón, decido no comentarte la conversación que tuve con Sanka.

- Y esas maletas?
- Nos vamos amor – Me dices, con esa sonrisa de niña que tienes
- Dónde?
- A Arica. Te tinca? Quiero bañarme en una playa del norte.
- No sé, tengo un par de negocios que atender en Santiago esta semana…
- Vamos! Va a ser divertido! – Tu poder de convencimiento termina por derrumbar mis defensas y acepto.
- Ya, vamos.
- Ya!!! Tenemos una hora antes que salga el avión

Llegamos al aeropuerto, tomamos el avión. Despegamos. Si hubiera sabido entonces mi amor. Si hubiera sabido. No habría tomado ese vuelo, te habría obligado a quedarte en Santiago. Quizás aún estarías viva. Quizás aún estaríamos juntas.

2 de marzo de 2008

mujeres. Cap 10

Hoy llueve. El funeral empieza en una hora, tú decidiste no ir, no te gustan mucho esas cosas. Hernan y los demás están listos. Yo aún no puedo convencerme de que Claudia haya muerto. Nos reunimos todos en la iglesia donde velan a nuestra amiga y nos subimos en el auto de Carlos para seguir a la pompa en progresión hacia el cementerio. Ya llegamos, las lágrimas no han brotado aún de mis ojos, y no creo que lo hagan. De alguna manera, siento que Claudia está mejor ahora, quizás con su hijo, feliz en ese extraño lugar donde va la gente cuando muere.


La familia de claudia va en procesión detrás del ataúd negro azabache hasta la cima de una pequeña colina, coronada por un sauce. Un gran sentimiento de culpa me abruma, todo esto es mi culpa, si no le hubiera pasado el dinero claudia seguiría viva, y quizás tú tambien. No es tan difícil imaginarse lo que hubiera pasado si su hijo hubiera nacido. Hernán se habría casado con ella. La lluvia ya cesó

La ceremonia es desgarradoramente triste. Todo el mundo llora la muerte le nuestra querida amiga, pero yo no. Yo no puedo llorar, por mucho que lo intente. Te veo a lo lejos, donde nadie puede distinguirte, mirando la ceremonia. Al final si viniste, y presentas tus respetos hacia Claudia a tu manera. De pronto, Hernán rompe a llorar y de lanza sobre el ataúd que ya había sido dejado sobre los bastidores antes de enterrarlo definitivamente.

- Si tan solo me lo hubieras dicho. – Dice Hernan entre sollozos.

Paseo la vista entre los asistentes cuando la mirada fulminante de su madre se posa en mí. Veo reflejada en ella el odio hacia mi persona, culpándome por lo que le pasó a su amada hija. La verdad es que no se veían hace casi dos años, cuando llegó a vivir con nosotros cansada de los golpes y abusos en su hogar.

Después de la ceremonia de rigor, el cuerpo sin vida de nuestra amiga desciende a su última morada y es luego cubierto con tierra hasta emparejar el terreno. Mañana en su lugar habrá una linda lápida que recuerde lo buena que fue Claudia en vida. Todas esas cosas que hacen para recordar a los que partieron antes que nosotros.

El cuerpo de Claudia ya está enterrado y nosotros nos vamos. Hernan decide quedarse, quizás conciente ahora de lo mucho que le importaba Claudia. Descendemos la colina con un viento frio del oeste como compañía. Me imagino a Claudia en ese viento, despidiéndose, no sé por qué.

Llegamos al sendero y, justo antes de subirnos al auto, un trueno raja el cielo, descargando la lluvia sobre nosotros nuevamente. Miro hacia atrás y veo a Hernan con un cigarro en su boca.

- Hernán no fuma – digo para mi misma.
- Déjalo, dale ese gusto. Tiene derecho a fumar – Me dice Marcelo mientras se sube en el asiento del copiloto.

La lluvia cae fuerte sobre el cementerio. Veo la mano de Hernán sacar algo de su bolsillo. Demasiado tarde me doy cuenta de lo que es. Bota el cigarro al piso, el cañón del revólver toca su sien y se escucha el sordo sonido de un disparo amortiguado por el trepicar de la lluvia en el suelo. El cuerpo inerte de Hernán se desploma sobre la tumba de Claudia.

Conmoción, todos nos acercamos corriendo al cuerpo inerte de nuestro amigo, aún sin poder creer lo que acabamos de presenciar. Dos amigos, en menos de una semana. Entre el caos y la conmoción, Diego comienza a marcar números en su celular. Llama para pedir una ambulancia.

- Ya no hay nada que hacer, está muerto – Dices, entrando al círculo de gente que rodea el cuerpo de Hernán.
- Quizás todavía esté vivo!! – Te Responde Claudio.
- Mira su cabeza de nuevo y dime si crees que está vivo!! – Lágrimas salieron de tus ojos al gritarle a Claudio. Nuestro amigo mira la masa informe que era la cabeza de Hernán y cuelga el teléfono
- No, ya está muerto.


1 de marzo de 2008

mujeres. Cap 9

En el momento que enciendo el primer cigarro, algo me dice que Claudia no está muy bien. Imagino la espátula raspando su útero, la sangre derramada, la vida exterminada en un instante. Y por alguna perturbadora razón, lo único que viene a mi mente producto de esos pensamientos, eres tú, Ursula.



Las horas pasan y los cigarros se deshacen en humo y nervios que la nicotina no logra calmar. Espero en la plaza mientras veo las nubes teñirse de los fuertes colores del atardecer. Una llamada en mi celular. Contesto. El doctor me avisa que la operación ha terminado y que todo está bien. Le pido hablar con Claudia, pero él me responde que por ahora eso es imposible ya que aún está bajo los efectos de la anestesia. Me dice que puedo ir a recogerla al día siguiente. La idea no me convence y se lo hago saber.

- Preferiría verla ahora mismo.
- Insisto señorita, eso no va a ser posible.
- Voy a ir a verla.

Cuelgo el celular y mientras camino al departamento donde funciona la consulta, decido llamarte y contarte lo sucedido.

- …Y eso es lo que pasa, me puedes venir a buscar amor?
- Voy. Espérame en Bilbao con Pedro de Valdivia. Nos encargaremos juntas de esto.

Veinte minutos después veo al auto negro de Carlos acercarse por Bilbao. Estacionan en un pequeño pasaje cerca de la plaza y al bajarse del auto, logro ver la culata de la pistola asomando desde tu pantalón. Mientras me besas, deslizas una pistola entre mis ropas. Carlos nos acompaña.

- Vamos amor, donde es exactamente?
- Ves esos departamentos de ahí? Esos son.
- Vamos Carlos, mejor nos acompañas esta vez. – Le digo a Carlos.
- Tú guías, yo sigo Fernanda.

Entramos al edificio y golpeamos la puerta del departamento donde dejé a Claudia. Nadie contesta.

- Doctor, salga. Sólo queremos ver a nuestra amiga.
- Claudia!, me escuchas? Soy Ursula!
- Carlos, ayúdame a abrir esta puerta – Le digo mientras tomo impulso para tratar de abrirla al la fuerza.
- Déjame a mí.

Carlos se aleja un poco y, con la pistola cargada y lista, patea la puerta. No cede. Con otra patada en un lugar estratégico la puerta y las bisagras comienzan a ceder. Un tercer golpe en la chapa y la puerta por fin se abre. Hay un extraño olor en el ambiente. Las cortinas están cerradas y la habitación que sirvió como sala de operaciones está en total oscuridad. Un bulto se vislumbra en la oscuridad. Enciendo las luces y ahí está Claudia, desnuda, cubierta solamente por una sábana blanca y con una gran mancha roja saliendo de su entrepierna. Es sangre.

mujeres. Cap 8

Si hubiera sabido entonces las cosas que pasarían, habría tomado el dinero y habría desaparecido, te hubiera llevado conmigo y nos hubieramos ido del país, antes que todo saliese de control. Antes que pasaran las horribles cosas que empezaron a pasar desde que conocí a Sanka. Te extraño tanto amor. Pero pronto me reuniré contigo. Sólo espérame un poco más. Quiero que todos sepan lo que vivimos juntas.


El taxi se demora menos de lo habitual en llegar a la clínica. Claudia está nerviosa, pálida. La recepcionista anota sus datos y mientras esperamos que nos atiendan leemos revistas viejas, de esas que abundan en las salas de espera. Finalmente, desde el pasillo una enfermera llama a Claudia.

- Claudia Fuentes?
- Aquí – responde ella. – Vamos – me dice mientras se levanta.

Entramos a la oficina del médico, un señor calvo de aspecto bonachón. Tras las preguntas de rigor, y el olor a anestesia que invade el lugar, prefiero ir al grano y ahorrar toda la charla.

- Doctor, lo que queremos preguntarle es algo que va en contra de toda ética, pero conociendo sus antecedentes y tomando en cuenta que estamos en confianza, iré directo al grano.

La sonrisa del doctor desaparece de su rostro y sus manos se entrecruzan, nerviosamente.

- Mi amiga quiere abortar. – Digo, sin bacilaciones
- Un millón de pesos.
- Los quiere en efectivo? – Respondo de inmediato.

El doctor levanta el teléfono, marca un anexo y le dice a la enfermera al otro lado de la línea:

- Angélica, cancela las horas para el resto de la tarde por favor, no voy a poder atender.

Dicho esto, se levanta, comienza a recoger sus cosas y nos dice:

- Nos vemos en 2 horas en Bilbao con Pedro de Valdivia, la operación se hará en otro lugar.

Nos despedimos de él, nos levantamos de nuestros asientos y salimos de la clínica. Las nubes comienzan a formar extrañas figuras en el cielo. Claudia no ha hablado una palabra desde que entramos a la oficina del médico.

- Estás segura que quieres hacer esto? – Le pregunto.
- ….Si… - Responde, aún dudando.
- Claudia, no es necesario que lo hagas.
- Voy a hacerlo!
- Entonces vamos.

La caminata hasta Bilbao nos sirvió para relajar a Claudia y hacer correr el tiempo hasta la hora indicada. Puntualmente aparece el médico en la esquina y nos pide que le acompañemos.

- Todo está listo en la sala de operaciones.

La sala de operaciones no es más que un departamento que cuenta con una camilla, algunos elementos básicos para operar y un monitor cardiorrespiratorio.

- Desnúdese y recuéstese en la cama, por favor. – Le dice a Claudia. – Usted me temo, va a tener que esperar afuera. – Me dice.

Salgo de la habitación y mientras espero, decido comprar una caja de cigarros, la primera en mucho tiempo.

29 de febrero de 2008

mujeres. Cap.7

En ese momento, mi celular suena. Es Claudia. Me dice que algo ha pasado y que necesita hablar urgente conmigo. Me despido de Carlos y del viejo, el que se identifica como Sanka mientras me abraza. Te beso tiernamente como muchas otras veces y luego te pregunto a que hora llegas. No sabes, me respondes. Pero que me llamarás si algo pasa.



Llego al café donde Claudia me pidió que la encontrara, ahí está ella. Se ve nerviosa. Me siento frente a mi amiga y el camarero me pregunta si deseo algo. Una tasa de té verde y una tartaleta de nuez son suficientes. Claudia no quiere nada. Comienzo a sospechar de qué se trata, tomando en cuenta su comportamiento en la mañana. Pero sólo despues me doy cuenta de lo equivocada que estaba.

- Feña – Dice, con ese diminutivo que usa siempre que necesita ayuda o consejo, mirando su café a medio tomar – Hay algo que necesito desahogar
- Que pasa? Cuentame. Para eso estan las amigas.
- Estoy embarazada.

Después de 3 tazas de te verde y un par de cigarros, por fin puedo procesar lo que Claudia me dice.

- Pero, de Quién?
- De Hernán
- Hernán?! Pero si él está pololeando!
- Si sé, pero, me gustaba, nos curamos un dia y pasó.
- Y él sabe?
- No
- Bueno amiga, no hay mucho que hacer, hay que decirle y…
- Si hay algo que hacer – Me interrumpes.
- Qué?
- Voy a abortar.

Mi celular suena nuevamente. Eres tú, me dices que no llegas hoy, que vas a acompañar a Sanka a finiquitar un negocio y a tomar posesión de la mercancía de nuestro difunto amigo Peter. Te digo que te amo por millonésima vez en el dia y cuando corto, Claudia está llorando.

- Acompañame Feña, por favor. No quiero hacer esto sola.
- Pero dónde vamos a ir? Conoces algún doctor que lo haga?
- Si, una compañera de Universidad una vez se hizo uno. Aunque no es barato.
- Vamos a la casa, allá hablamos bien.

Pagamos la cuenta y paramos al primer taxi que vemos pasar. Llegamos a la casa. Claudia me sigue tímidamente hasta que llegamos a nuestra habitación. Entro y saco el maletín con el dinero de debajo de la cama y mientras nos sentamos te pregunto.

- Ok, cuanto dinero necesitas.
- Pero de donde vas a sacar plata tú?
- Cuanto.
- Un millón de Pesos.

Saco los billetes y los cuento. Cien, doscientos, trescientos, mil, dos mil dólares. Se los entrego a Claudia y le digo que todo va a estar bien. Que es su elección. Ella me abraza y en sollozos me dice:

- Muchas gracias amiga. Te amo
- Para eso estamos Clau, no te preocupes.
- Te amo Feña
- Yo también te amo Claudia.

Claudia levanta su cara de mi hombro y me mira fijamente, cierra sus ojos y comienza a acercar sus labios a los mios.

- Claudia! Que te pasa?
- No sé, no sé que siento. Quizás es esta cosa que llevo dentro de mí. Pero desde que Fuimos a la Blondie y te vi besando a Ursula, empecé a desear ser yo a quien besas.
- Clau. Te parece que hablemos esto después? Por ahora vamos al doctor.

28 de febrero de 2008

mujeres. Cap 6

Como siempre, los golpes en la puerta me arrebatan de los brazos de morfeo. Claudia llama desde el otro lado preguntando si estamos presentables. Le respondo que pase. Entre el caos que es nuestra habitación, nuestros cuerpos apenas cubiertos por las sábanas forman una imagen mas que sugerente. Claudia entra en la pieza y al vernos sudadas y desaliñadas no puede evitar sonrojarse. Comienzo a notar alco en ella que no había notado antes de conocerte, amor. Veo que sus ojos no logran apartarse de mis pechos, que su respiración se acelera. Desde tu posición te das cuenta del hecho y decides romper la incómoda situación.



- Ehm.. Claudia, cierto? – Le dices, mirándola.
- Alcánzame mis calzones por favor. Los estás pisando – Claudia se sonroja aún mas mientras yo me pongo a reir
- T….toma. – tímidamente se acerca para pasártelos. Sus ojos siguien clavados en mis pechos.

Te levantas deshinibidamente de la cama y te vistes, lo que para ti significa andar con calzones por todos lados. Empiezas a recoger las cosas mientras te quejas por el estado en que “alguien” dejó la pieza. Me tiras mi ropa para que me vista. Claudia sigue ahí, apoyada en la puerta.

- Que pasa Claudia? Estás como perdida hoy. – Le digo para desviar su vista de mi cuerpo. La verdad no me molesta, pero no quero que se se de cuenta.
- Ah? No, nada. Es que me sorprende un poco verlas así. Disculpa que diga esto Ursula, pero Fernanda, tu eras tan fijada en los hombres, cómo pasó esto?
- No sé. Simplemente pasó – Me miras y sonríes, luego me lanzas un beso, que parece incomodar aún más a Clauda
- Ehm... Bueno, está listo el desayuno por si quieren.
- Gracias!, vamos altiro

Nos vestimos a la rápida y salimos a tomar desayuno. Ya estaban todos sentados. El desayuno transcurrió mejor que la cena de la noche anterior, Diego estaba callado, Hernán y Marcelo hablan entre ellos.

Desayunamos rápido y antes de levantarnos de la mesa, Carlos toca la bocina desde el auto, que ya nos esperaba afuera. Nos despedimos rápidamente y, despues de recoger el maletín en nuestra pieza, Bajamos y tomamos el auto.

El auto de Carlos nos lleva a una casa en el barrio Brasil. Por fuera no es mas que una casa como cualquier otra, pero por dentro todo es distinto. Música reggae invade el lugar. Un olor a marihuana que me marea desde el instante en que cruzo la puerta de entrada. Rastas fumando en todos los rincones. Un viejo de largos cabellos apelmazados se acerca a nosotros, te saluda efusivamenbte, en un torpe español.

- Ursula, me love. Como van las cosas? Supe que Peter tubo un problema gracias a ti
- Nunca me cayó bien – Le dices, sonriendo – Déjame presentarte a mi novia, Fernanda.
- Fernanda! In me Country conofí a una Fernanda.
- Si? Que divertido – dije tímidamente – Y como era?
- No me acuerdo. La maté antes de grabarme su rostro. Pero estoy seguro que no era tan linda como tú.
- Gracias – es lo que atino a decir, algo asustada.
- So, Tell me me baby, donde está la droga?
- Carlos la tiene en el auto.
- Good. Vamos a buscarla.

Salimos del edificio. Carlos está afuera en el auto, escuchando un extra que habla sobre el asesinato de un tal Rossemberg, un empresario alemán. Carlos se baja del auto y abre el maletero.

- Lemme see me stuff – Dice el viejo, con notoria ansiedad.
- Aquí está – Dices, mostrándole la mercancía
- Nice. Acompáñenme para entregarles lo acordado.


mujeres. Cap.5

El mismo auto negro que me recogió en la Blondie nos lleva a hora a tu departamento. Claudio, el chofer, se disculpa conmigo argumentando que en este negocio hay que tomar precauciones, uno nunca sabe cuando puedes encontrarte con un policía encubierto.



- Y donde vamos amor? – Me dices mientras nos vamos a tu departamento.
- No sé, ahí vemos. Cuanto dinero hay?
- Lo suficiente
- Lo suficiente para que?
- Para lo que queramos! –dijiste antes de estallar en una carcajada.


Pasamos el tiempo de viaje conversando sobre nuestros posibles destinos turísticos. Aunque en mi interior ya se formaba una idea algo macabra. Llegamos a República, nos bajamos del auto y nos encaminamos hacia el edificio donde vives. Todo está tranquilo. Nada parece presagiar lo que estamos a punto de encontrar.

Llegamos al sexto piso. Salimos del ascensor. Introduces la llave en la cerradura y al abrir…
El departamento parecía haber sido asaltado. Todo estaba fuera de lugar. La loza de la cocina yacía rota en el piso. La televisión encendida, cubierta por el mantel de la mesa. En tu habitacíon los cajones de los muebles abiertos y con su contenido volcado sobre la cama. Alguien buscaba algo, pero no lo encontró. Provablemente Peter mandó a registrar tu departamento pensando que la cocaína estaba aquí. O peor, César habló y ahora te bustan a ti también. Por el momento no lo sabemos. Lo más prudente es irnos a mi casa, nadie nos hará preguntas ahí. Llamas a Carlos que aún esperaba con el auto encendido en caso de emergencias. Nos subimos en él y nos vamos a mi casa.

Ya es casi de noche cuando llegamos. Mis amigos estaban viendo televisión, otros en la cocina conversando y Claudia, fumando un cigarro en la puerta. Ella es la primera que nos ve llegar. Se levanta, corre habia mí mientras me bajo del auto. Yo solo sonrío al verla tan efusiva, tan distinta a como es ella usualmente. Llega a mi lado, me abraza.

- Pensamos que te había pasado algo, cuando despertamos ya no estabas – Ya había olvidado cuanto tiempo llevaba afuera. – Y ella? – Dice Claudia con mala cara cuando te ve. Aún no entiendo la razón de tanta antipatía.
- Viene a quedarse conmigo. Es mi pareja y creo que está en todo el derecho de vivir aquí. Tanto como yo.
- Claro. Y nosotros que somos tus amigos no importamos cierto? Nosotros que hemos vivido juntos por casi tres años damos lo mismo.

Claudia se da vuelta y entra en la casa, pegando un portaso. No supe más de ella hasta despues de la cena. No salió de su pieza. Sólo se la oía llorar.

Mientras cenábamos, mis amigos decidieron romper el hielo y tratar de integrarte un poco más al grupo.

- Así que vas a vivir con nosotros, Ursula? – Te pregunta Hernán, mientras te increpa con el tenedor.
- Si, pero solo por un tiempo. Apenas reunamos el dinero para irnos solas, nos iremos de aquí.
- Pero tú no tenías un departamento en República? – Marcelo también entra en la discusión
- Si, pero sólo estaba arrendando y, como persdí mi trabajo. Fernanda me ofreció venir a vivir con ustedes, espero que no les molesdte, de verdad.
- Osea que ustedes ya son definitivamente pareja? – arremete diego, en lo que parece mas un interrogatorio que una conversación de sobremesa.

Decido romper la tensión del momento levantandome de la mesa y excusandome con los presentes, te pido que me acompañes. Nos vamos juntos a mi habitación, la que será nuestra habitación hasta que las cosas se calmen. El maletín queda en el piso. Nuestras ropas también. Me besas suavemente mientras mis manos recorren todos los pliegues de tu cuerpo. Poco a poco la noche y la lujuria nos van devorando hasta que ya no somos nosotras mismas.

27 de febrero de 2008

mujeres. Cap.4

Llegamos a un galpón en algún lugar del sur de Santiago. El conductor me baja a punta de pistola y me pides que mantenga la calma, como si fuera fácil hacerlo con un revólver apuntando a mi cabeza. Una vez estamos lejos del auto, el conductor se sube en él nuevamente y se va del lugar. Me pides que camine tranquilamente hacia la entrada del galpón. El sol ya se asoma entre las montañas cuando al atravezar la puerta, tres hombres armados nos apuntan con ametralladoras. Una voz grave desde el fondo del galpón me hace temblar por dentro. Tenía un fuerte acento inglés



- Tanto te cuesta seguir unas simples instrucciones Ursula?
- Y terminar como el chico? No gracias
- Por tu culpa Cesar está preso, Ursula, POR TU CULPA!!!!!
- Bueno y que quieres que haga? Era él o todos nosotros

Hasta el momento no logro entender nada, y te lo hago saber. Me dices que mantenga silencio y que todo va a estar bien. Que confíe en ti.

- Y?, La tienes? – Dice el mientras sale de las sombras. Era un hombre rubio, alrededor de 30 años, piel clara y facciones delicadas. Su belleza contrastaba con su fuerte voz.
- Que crees Peter? Aquí está. – Le entregas el paquete con droga. El hombre la examina. Saca una especie de termómetro del bolsillo de su traje y lo sumerge en la cocaína.
- Esta no es mi mercancía!!! – grita furioso mientras arroja el paquete al suelo - Donde está mi mercancía!!!

Un golpe en la nuca es lo último que recuerdo antes de perder el conocimiento.

Estoy amarrada, sentada en una silla, tu estás al lado. Los mismos tipos del galpón están frente a nosotros. El semblante de Peter se ve oscuro, pese a recibir la luz del sol de lleno a travez de la única ventana de la habitación. El hedor es insoportable.

- Voy a preguntarlo amablemente por última vez. Donde está mi mercancía?
- La botaste en el galpón, no te acuerdas?
- Ursula?! – La situación ya esta fuera de control para mí y, para variar, no tengo idea de lo que está pasando
- Y tú quien eres? – Todos los pelos de mi cuerpo se erizan al descubrir que se dirigía a mí.
- Yo? Yo…. La verdad es que no debería estar aquí, es una equivocación.
- Déjame preguntártelo a ti también, Dónde está mi mercancía?
- No sé de que habla! No tengo idea que mercancía.
- Déjala tranquila. Ella no sabe nada – Por fin sales en mi defensa. Peter se acerca a ti nuevamente y toma tu cabeza entre sus manos
- Osea que tú SI sabes algo, no Ursula?
- Sólo sé que ustedes están todos muertos, gringos de mierda.

Es increíble como unas pocas palabras pueden desatar el infierno. En un abrir y cerrar de ojos, la sala se llena de balas. Todos nuestros captores yacen ahora en el piso, muertos. Ursula, de alguna manera te liberas de tus ataduras. Mientras me liberas, un hombre moreno y con largas trensas rastas te entrega un arma. Me la entregas y me besas suavemente, como pidiéndome perdón. Me miras con esos ojos de niña que tienes y te pones a hablar con los recién llegados en un idioma que despues de algo de esfuerzo identifico como inglés jamaicano.
Ya todo está tranquilo. Sin darme cuenta me metí en una “mexicana”. Mientras los jamaicanos revisan el lugar, me llevas hasta una pequeña oficina. Descuelgas un cuadro de Warhol que había en la pared maldiciendo el pésimo gusto de los gringos maricones. Detrás del cuadro había una caja fuerte. Escribes el código en el panel y ésta se abre. Sacas de ella un maletín y me lo entregas.

- Con esto pagamos nuestras vacaciones amor. – Me dices son los ojos brillantes de emoción
- Que vacaciones?
- Las que nos vamos a tomar ahora amor. Bienvenida al mundo del narcotráfico.
La verdad es que después de lo que había vivido, un poco de dinero no me parece nada de mal.

mujeres. Cap.3

El hambre me despierta a mitad de la noche. Voy a la cocina y lo único que queda es un trozo de pizza fria en el refrigerador. La caliento en el microondas y, mientras espero, mi celular comienza a sonar. Eres tú. Contesto con esa mezcla de ansiedad y nerviosismo típica del enamoramiento. Oigo tu dulce voz. Me pregunas como estoy, si estaba durmiendo, lo típico. Después de una larga conversación me das a conocer el verdadero origen de tu llamada.


- Tengo algo que decirte.
- Que pasa Ursula?
- Te acuerdas que mencioné a un tal Chico ayer cuando ví las noticias?
- Si, que pasa con él?
- Bueno, él era mi novio…. Antes… Antes de darme cuenta que era lesbiana. Terminé con él cuando supe que estaba metido en el tráfico de drogas y, pues ahora lo pillaron y me involucró a mi también.
- Que?! Pero cómo?
- Ese paquete que te entregué ayer, un kilo de cocaína pura.
- Y a ti no se te ocurre nada mejor que pasarmelo a mí?
- Eres todo lo que tengo mi amor, no puedo confiar en nadie más.
- Mejor llamo a los pacos
- No!, por favor, no lo hagas. Mira, trae el paquete donde te lo pedí. Por favor.
- Y si me pillan?
- No va a pasar, confía en mí.
- Más te vale.

Cuelgo el teléfono y me dirijo a mi pieza, saco la cocaína de su escondite debajo de mi cama y la guardo en mi mochila, se siente extraño. Llevar tanta droga junta me hace sentir poderosa, podría ganar mucho dinero vendiéndola. Pero no, no puedo traicionarte así. Vuelve a sonar mi teléfono. Me pides que nos juntemos donde nos conocimos en un par de horas. Ahí estaré.

La galería de la Blondie, 4:30 de la mañana. Dijiste que estarías aquí a las 4, aún no llegas. Un auto se detiene frente a mi, dos personas se bajan, se identifican como detectives. Cagué, pienso para mi misma. Me empiezan a hacer preguntas, describen a una mujer, eres tú. Miento al decir que no conozco a nadie con esa descripción, pero la droga en mi espalda y los nervios de encontrarme en esa situación me obligan a hacerlo. Los detectives se acercan a mí. Uno de ellos me toma por la muñeca y me dice que tengo que acompañarlos.

Ya me imaginaba la cara de mi familia, de mis amigos cuando vieran las noticias. Fernanda Olivares es detenida con un kilogramo de clorhidrato de cocaína. Es sentenciada a 20 años en prisión. Instintivamente miro hacia otrolado y es entonces cuando veo el mismo auto en el que te fuiste ayer. Avanzando por la vereda en dirección a nosotros. Los detectives tabién lo ven y comienzan a dispararle, sin la presición y velocidad necesarias. Son embestidos por el auto, éste se detiene. La puerta del copiloto se abre y desde el interior escucho una voz masculina que dice.

- Entra.
- Vamos mi amor, todo está bien – Reconozco tu voz desde el asiento trasero.
- No, mejor me voy a mi casa
- ENTRA! – Insiste la voz masculina, el cañon de un revólver brilla en la sombra del auto.
- Fernanda, hazle caso!

Me siento donde me indicaron y antes de que pueda cerrar la puerta ya estamos acelerando para irnos de ahí. La pistola sigue apuntandome.

- Lo trajiste? – Me interroga el conductor.
- Que cosa?
- No te hagay la weona. SI o NO?
- Si, si lo traje.
- Pásaselo a la Ursula.

Te entrego el paquete tal como me lo encargaste y me resigno a lo que el destino quiera para mí.

26 de febrero de 2008

mujeres. Cap.2

Tu departamento. Un espacio que por unas horas se transformó en el cielo para nosotras dos. Nos besamos, nos unimos. La luz del amanecer se cuela tímidamente entre las cortinas y tu hermoso cuerpo desnudo destaca silueteado entre la semipenumbra de tu habitación. El aroma a sexo aún no desaparece del lugar y me impulsa a tocarte, tú aún en sueños. Lentamente despiertas y me sonríes pícaramente…


Ya es mediodía. Te levantas, te pones una bata y mientras yo me doy una ducha, preparas el desayuno. El aroma a café fresco llena todo el departamento. Salgo de la ducha y, despues de secarme, me visto solamente con mi ropa interior y una polera que me acabas de prestar. Me siento sexy. Te veo sentada frente a la mesa, tomando café con leche y una tostada. Me invitas a sentarme junto a ti, tomamos desayuno juntas, como muchas veces lo haríamos despues. Mi celular suena. Son mis amigos, aún preocupados por mí despues de la escena de anoche. Les conesto de mala gana mientras tú enciendes el televisor. Las noticias del mediodía hablan del decomiso de un enorme cargamento de cocaína en el puerto de Valparaíso. Hay tres personas detenidas. Tu eterna sonrisa se desvanece cuando escuchas los nombres de los detenidos.

- Conchetumadre, pillaron al Chico!!!!
- A quién? – Pregunto, sin entender lo que pasa.
- Me tengo que ir, y será mejor que tú también lo hagas. Mira, juntémonos en la Blondie en una semana más. Te voy a estar esperando en la entrada, donde nos conocimos.
- Pero, que pasó?!
- Nada, mejor andate luego, después te explico.

Nos vestimos rápido y en silencio. Me dejaste un poco de dinero para irme a casa y te despediste con un beso. Si hubiera sabido entonces todos los problemas que vendrían, hubiera pensado dos veces antes de dejarte salir del departamento. Termino de vestirme y salgo con destino a mi casa.

Llego a mi casa, mis amigos estában esperándome. Enojados, y no es para menos. No había respondido el celular desde que me fui y los pobres no tenían la más minima idea de onde estaba. Despues de soportar los retos de todos ellos, me voy a mi habitación para descansar de la agitada noche que tubimos, mi amada Ursula. Me recuesto en mi cama y lentamente comienzo a caer dormida.

Ahí estás tú, corriendo como una niña, sin más abrigo que un largo vestido blanco. Las flores del campo en el que corres acarician tus hermosas piernas. La brisa juguetea con tu pelo mientras nuestros ojos se cruzan. Yo sonrío, sentada donde estoy, mirándo cómo te diviertes.

Fuertes golpes en la puerta me alejan del hermoso sueño que tenía. Hernán me llama desesperadamente desde el pasillo, avisándome que tenía visitas. Aún media dormida salgo al comedor y te veo ahí, Con el pelo suelto y unos lentes oscuros cubirendo tus hermosos ojos, estás como acelerada. Me entregas una maleta. Me haces prometer que no la abriré. Besas mis labios fugazmente y sales de la casa. Afuera, un auto espera con el motor encendido. Yo me quedo desconcertada. Mis amigos aún más. Por primera vez siento un hormigueo recorriendo mi espalda, hormigueo que despues de un tiempo lograré entender significa problemas. Apreto el paquete contra mi pecho y me encierro nuevamente en mi habitación.

Puedo oír el auto partir y alejarse calle abajo. Te extraño, me doy cuenta que no puedo estar sin ti, que de alguna extraña manera haz hecho que me enamore. Empiezo a llorar. Algo me dice que no será la última vez que te vea, pero que todo será muy diferente desde ahora.

Lloro toda la tarde hasta que el hambre y el cansancio pudieron más. Salgo a la cocina, mis amigos no están, como todo lo que puedo y vuelvo a mi cuarto. Me recuesto en la cama y caigo profundamente dormida.

25 de febrero de 2008

mujeres. Cap.1

Jamás creí que las cosas terminarían así, en el desierto de Atacama, sentada sobre una roca junto a tu cuerpo sin vida. Escribiendo en esta vieja libreta antes de apuntar hacia mi la pistola que acabó con tu vida, y en parte también con la mia. Ursula, mí amada Ursula. Me gustaría que estuvieras conmigo, que me ayudaras a escribir el último capítulo de nuestra historia. Que corrigieras mis errores infantiles y me acariciaras el pelo, o lo unieras en una trenza, o simplemente me contemplaras en silencio como hiciste cuando nos conocimos, hace ya tanto tiempo…



La Blondie, un viernes cualquiera. Mis amigos me obligaron a venir, dicen que no es bueno que una mujer como yo se quede un fin de semana sola en su departamento. Camino por entre la multitud que baila absorta en la pegajosa música de mediados de los ochenta. Una pareja de lesbianas se besa sobre el cubo. Un amigo me toma del brazo y me obliga a bailar, siento que me ahogo y se lo hago saber moviendo mi mano sobre mi rostro. Salgo de la disco, camino hacia Alameda y me siento en la entrada de la galería a respirar un poco de aire fresco. Ahí estás tú. Me miras, llevas un cigarro a tu boca y aspiras el humo sin dejar de mirarme. No hay palabras, no hay ruidos, el tiempo parece haberse congelado en esa esquina de la congestionada capital. Algo logra romper el velo angelical que parecía haber caído sobre nosotras y escucho por primera vez el tono dulce y conciliador de tu voz.

- Ursula
- Cómo? – Digo sin lograr procesar lo que me dices.
- Ursula, me llamo Ursula. Y tú?
- Fernanda.
- Mucho gusto Fernanda – Dices mientras estiras tu mano hacia mi.

Estrecho tu mano y comenzamos a conversar. Poco a poco vamos entrando en una mayor confianza. Siento que algo extraño ocurre entre nosotras. Te acercas cada vez más a mi, ya casi puedo sentir tu aliento rozando mi mejilla mientras yo, extrañamente atraída, me siento transportada a otro lugar, donde solo existimos tú y yo. No puedo evitarlo. Poco a poco vamos acercando nuestras caras hasta que nuestros labios se juntan por primera vez. Unos murmullos a lo lejos me hacen volver a la realidad. Son mis amigos, que, sorprendidos al verme besando a otra mujer, salían de la disco.

Me levanto de la acera donde estábamos sentadas y sin saber que hacer me quedo mirando como tonta mientras tú te paras, me tomas tiernamente del brazo y con un tono de voz parecido al de una niña pequeña dices:

- Hola!!!, quienes son ellos mi amor? – Esas últimas palabras me dejaron algo descolocada, pero prefiero seguirte el juego.
- Eeeeeeeh… Mis amigos, Hernán, Diego, Claudia y Marcelo.
- Hola amigos de mi amor – Dice ella.
- Te desapareciste toda la noche Fernanda – Me reprocha Diego
- Qué?! No, si recién salí.
- Pero si hace mas de 3 horas que no te vemos!, mira la hora, ya son las 4:30

Miro mi reloj y me doy cuenta que tiene razón, el tiempo pasó increíblemente rápido y lo que parecieron ser un par de minutos se transformaron en horas. Miro tu rostro y veo en tu cara esa mezcla de inocencia y culpalilidad que tan conocida se me haría en los siguientes meses. Vuelvo a besarte, mientras mis amigos miran con caras sorprendidas. Te tomo de la mano y te miro.

- Vamos mi amor – me dices.
- Dónde? – Te pregunto con voz de niña.
- A mi departamento
- Bueno mi amor.
- Chao amigos de mi amor!! – Le dices a mis amigos.
- …chao… – Es lo que responden ellos, sin creer lo que ven.

Caminamos hacia República en la semipenumbra del Santiago nocturno.

21 de febrero de 2008

sólo dos años

- ¿Cuánto falta?
- Dos años- me dices sonriente, aún sin mirarme
- Ah...
- Lo primero que tenemos que comprar es una cafetera- me dices con énfasis mientras me apretujas entre tus brazos.
- Mmm si. ¿Pero que no habíamos dicho un colchón?
- Entonces una cafetera y un colchón- te sonríes aún más y me abrazas más fuerte
- ¿Amor?
- ¿Si?
- Te amo
- Tú sabes que también te amo
Y ahí nos quedamos pegados mirando, frente al único departamento en venta de Lastarria, esperando que alguna anciana octogenaria nos herede sus recuerdos para comenzar los nuestros.



20 de febrero de 2008

weon

Buenas noches damas y caballeros. Saben que?, estaba anoche en mi casa, con una mano dentro de una bolsa llena de papeles con sustantivos escritos pensando de que cresta hablar hoy, cuando saco uno de esos papelitos, lo abro y veo una palabra de 4 letras. WEON. Y pensé, “nah, todo el mundo sabe lo que es un weon, de donde vienen y como se reproducen”, pero lo que NO saben, es que significa la palabra en sí.


Buenas noches damas y caballeros. Saben que?, estaba anoche en mi casa, con una mano dentro de una bolsa llena de papeles con sustantivos escritos pensando de que cresta hablar hoy, cuando saco uno de esos papelitos, lo abro y veo una palabra de 4 letras. WEON. Y pensé, “nah, todo el mundo sabe lo que es un weon, de donde vienen y como se reproducen”, pero lo que NO saben, es que significa la palabra en sí.

Y es que es increíble, weon está en el diccionario!!, o sea que está bien usarla, porque si una palabra está en el diccionario, no puede ser una mala palabra. Pero, que significa la palabra huevón?. Según el diccionario de la RAE, significa amigo. Esto convierte automáticamente a Chile en el país mas amistoso del mundo. (con 15 millones de amigos)
Ahora, si weon significa amigo, y tienes alguien que es muy amigo tuyo, entonces ese amigo muy amigo, es un aweonao.

Y es que Chile es un país de huevones. Si, en serio. Alguna vez han gritado “huevón” en un mall? Todos miran.

Chile es un país de huevones.

PERO!!!! Hay distintos tipos de weones.
Si, porque el weon varía según la posición geográfica absoluta referencial del locutor. Como ese weon que es tan flojo que no dice la palabra completa, termina las fraces con “…n”. y te saluda “Hola..n” “sipo..n”, etc.

Ahora, no es lo mismo decir weon aquí que en La Dehesa. En la mayor parte de Chile se dice “wn!”, “weon” o en su defecto, “wam”. Pero en otros lados no, en lugares mas pudientes se dice “huevoncito”. Lo que no significa que la gente pudiente sea menos weona que el resto, sólo otro sipo de weon.

Y es que de verdad, yo tengo problemas con la palabrita esta, porque verán, yo tenía problemas atencionales cuando chico y hasta los 12 años!!!! Creía que ese era mi nombre. Y para mas remate creía que mi apellido era “Tonto”.

Pero lo que SI me gusta de la palabra “weon” es su versatilidad. Es la única palabra que puede ser Pronombre, Sustantivo y adjetivo EN LA MISMA ORACION!!

Ah no me creen? Vay caminando en la calle con un amigo, un tipo frente a ti se tropieza. Cual es el comentario? “Puta el wn wn wn!!”

Gracias Totales, Buenas noches

ñoño mode on

Bien, mucho hay que hablar sobre los freaks. Difícil es en sí definirlos, los hay de muchos tipos, razas, tamaños y colores. Lo mas probable es que si estas leyendo esto, eres uno de nosotros. Si, yo también soy un freak. Y esta es mi historia.



Desperté cansado, como todos los días. Como pude estiré el brazo y apagué la alarma. Arriba de mi cama está el pendón cpn la imagen de Rinoa, ella, tan perfecta, tan intangible. Una sola idea pasó por mi mente y se posó en mi boca.
- Tengo que lavar ese pendón.
Debo decir que no soy el freak que la mayoría cree, o sea, no encajo en el estereotipo. No soy gordo ni feo, no uso lentes ni tengo cara de nerd, y mi vida social es bastante activa. En fin, me estoy saliendo de la historia.

Ese día era especial. Era sábado, mas específicamente, fin de mes. Día de compras. Llegué a la tienda, saludé al Carlos de la misma manera de siempre.

- Live long, and prosper! – le dije mientras estrechaba su mano de forma habitual, haciendo nuestro saludo.
- En Taro Adun, me respondió él.

El Carlos es el dueño de la tienda. Lo conocía hace algo mas de 3 años, cuando me entregó los premios que gané en un Cosplay. Pero ese es otro cuento. Desde entonces nos hicimos buenos amigos, a pesar de los debates filosóficos sobre la sexualidad del Sr. Spok. (Carlos es un Trekkie de la vieja escuela y suele atender el local vestido como tripulante del Enterprise. Con Fazer y todo).

- Y, Me tení lo que te pedí?
- Reservados como siempre, aquí están. El último N º de I’s y el Especial de Lobo.
- Ok. Me parece, aquí está la plata. – Estiré la mano con las 10 lucas de rigor.

Carlos recibe el dinero, abre la caja y me pasa luca.
- Ahí tení el vuelto. Vay a ir onde la Megumi a la noche?
- La pregunta sobra weon. Como no voy a ir al carrete de mi polola?

Comienzo a tararear la marcha imperial mientras camino hacia la calle. Al llegar afuera escucho desde el mesón:

- No cantí esa Weaaa!!!!!!

En realidad no me gustaba mucho esa canción, pero no podía evitar cantarla cada vez que iba a la tienda, solo para ver enojado al Carlos.
Miré mi reloj, eran las 10:35. Tenía dos comics nuevos que leer y dos horas y media que esperar a que empezara el ciclo.



Tomé la micro. Si, es mas fácil y económico ir caminando, despues de todo, solo son 12 cuadras, pero prefería ahorrar tiempo cuando se trataba de verla. Nos conocíamos hace ya cuatro años y llevábamos casi dos de pololeo. Que dónde nos conocimos?, en uno de los primeros ciclos a los que fui. Su verdadereo nombre es Isidora, pero todo el mundo la conoce como Megumi.

Me bajé de la micro en República y me puse a caminas las dos cuadras que faltaban hasta el edifício donde vivía. Tomé el ascensor hasta el sexto piso y toqué el timbre del departamento 607. La puerta se abre, una mano abre la puerta y la otra me toma la chaqueta y me tira hacia adentro. Comenzamos a besarnos apasionadamente. Hasta el punto en que ya no eran besos sino verdaderos mordiscos, cada vez más fuertes. Siempre comenzábamos de la misma manera, siempre los sábados, porque era entonces cuando ella estaba completamente sola en su departamento.

Me empujó hasta el sillón y mientras subía el volumen de la radio se movía sensualmente al ritmo de Ayumi Hamasaki. Comenzó a desabotonar su blusa mientras bailaba y me miraba con expresión deseosa. Gran parte de su ropa yacía en el suelo cuando un sonido familiar mató la magia del momento.

- Puta, teléfono culiao. Aló? – Dijo mientras presionaba el botón del altavoz.
- Megumi!! Hola!, soy la Claudia. Llamaba para decirte que el ciclo empieza a las 12 hoydia.
- Oka!! Gracias, altiro salimos pallá.
- Con quien tay?
- Con quien más, con mi pololo pu, si es sábado.
- Ya, mandale saludos a ese weon tonces.

No puedo evitar hacer la misma pregunta que hago siempre en estas situaciones. Alzo un poco la voz y digo:

- Claudia!! Y cuando armamos un trio? – Se escuchan risas desde el altavoz y luego la misma respuesta de siempre.
- Cuando la Megumi quiera pu. Es mas fome esta caura.
- Ya, chau, nos vemos en un rato!
- Chao!

La Isi colgó el teléfono y comenzó a vestirse mientras me miraba con una expresión de molestia infantil.

- Acaso no te basta conmigo? – Dijo mientras recogía su sostén.
- Obvio que si mi amor. Lo que pasa es que quiero a dos como tú y la Claudia es prácticamente tu clon.
- Hahahahaha, tienes razón, somos igual de locas – Es lo que pude decifrar entre carcajadas.

Cuando terminó de vestirse comenzamos a caminar hacia el ciclo. Si bien quedaba relativamente lejos de donde estábamos, aún teníamos tiempo y una suave llovizna caía sobre Santiago, haciendo la caminata aún más agradable.

Llegamos al ciclo y ahí estaban todos mis amigos. Claudio había cerrado la tienda temprano. El Luis, mas conocido como Déagol, fanático de la Tierra Media y sus derivados, había leído toda la saga antes de salir de 8º año básico, incluyendo los cuentos inconclusos y literatura anexa. También estaba Obi Weon Kanalla, ser alguna vez conocido como Alejandro, incondicional de StarWars, para variar peleando con Carlos sobre que saga era la mejor. Miguel y Esteban filosofando sobre las fallas cronológicas de los universos Marvel y DC. Además de ellos, Megumi, fanática de anime. Me costó un buen tiempo convenverla de que no era bueno correr detrás de cualquier cosa hecha de peluche que tenga pinta de mono chino. Y yo, Una mezcolanza de todos mis amigos. Claudia venía saliendo del baño.

- Hola niño!!! – Dice antes de besar mis labios – Hola manis!! – Repite antes de besar a Megumi de la misma forma.
- Tienen su entrada?
- Nopo! Si recién venimos llegando.
- Ya, anda a comprar entonces, que está por empezar

Compré las entradas y nos formamos en la fila que ya estaba avanzando. Entramos, nos sentamos, Megumi a mi derecha y Claudia a mi izquierda. Empieza la función.

sushi & sex


El sol de la mañana se colaba por entre las cortinas amenazando con despertar a Javier. Pero ya era muy tarde para Beatriz, su esbelta figura se tendía cuan larga era sobre la cama, con la cabeza enterrada en la almohada tratando de recobrar el recién perdido sueño. Javier dormía placidamente, como siempre. El disco de la noche anterior seguía sonando en el reproductor como negándose a terminar con una noche para todos satisfactoria.



…tic…tac…tic…tac... Las manecillas del reloj sonaban ruidosamente durante las horas de insomnio. Alfredo sabía que Beatriz estaba con Javier, se lo había dicho antes de irse, como siempre que peleaban. Odiaba que su mujer (ex-mujer, tenía que acostumbrarse a eso) lo utilizara de esa manera, pero no podía evitarlo. Siempre había sido ella quien llevaba las riendas de la relación, y él siempre había dicho que sí a todo. Incluso cuando le dijo que había conocido a otro y que se iría de casa el fin de semana, Alfredo no había hecho más que agachar la cabeza y aceptar. Eso es lo que Beatriz odiaba tanto de él. Una y otra vez lo había humillado y él era incapaz de responder. Una y otra vez se había dicho a si mismo que las cosas cambiarían, que se atrevería a responder los insultos de Beatriz y a encarar a Javier por haber destruido su matrimonio, pero seguía en la cama, sin hacer el as mínimo esfuerzo por salir del estado decadente en el que se encontraba.



- Me voy a trabajar, deja cerrado cuando te vayas.
- Bueno amor, cuídate.

Para Beatriz, Javier había significado un cambio radical en su vida. Ya no era ella la dominante. Ya no había alguien que se dedicara a complacer cada uno de sus caprichos. Beatriz ya no tenía el control, y eso la excitaba.
Javier sabía como tratarla, sabía jugar con ella hasta que la excitación y el deseo eran casi irresistibles. Sabía como desencadenar en ella orgasmos que bordeaban peligrosamente el límite de la locura, no como Alberto, Alberto y sus problemas sexuales. Al principio creyó que podrían vivir con ello, pero su cuerpo pedía más que la monotonía a la que estaba condenada con su marido. Al sexo programado con agenda, a los ritmos controlados por reloj. No podía recordar la última vez (si es que alguna vez hubo una) que tubo una noche plenamente satisfactoria junto a su marido y, como dicen las canciones, no se puede vivir solo de amor.

Alberto se mantenía sumergido en su trabajo y comenzaba a llegar tarde. Necesitaban dinero si querían surgir y su jefe le había prometido un ascenso si lograba ciertas metas, decía.

Fue por entonces que Beatriz comenzó a frecuentar bares y restoranes. Quizá por despecho, por sentirse acompañada. Era solo cuestión de tiempo antes que Javier (cualquiera pudo haber servido lo mismo, asumió mas tarde) apareciera en su vida y la transformara.

19 de febrero de 2008

superman


mrpuck quiere ser un superman.





Superman - Goldfinger
So here I am
doing everything I can
holding on to what I am
pretending I'm a superman
I'm trying to keep
the ground on my feet
it seems the world's
falling down around me
the nights are all long
I'm singing this song
to try and make the answers
more than maybe

and I'm so confused
about what to do
sometimes I want
to throw it all away

so here I am
looking older all the time
growing older all the time
feeling younger in my mind

I'm trying to sleep
I lost count of the sheep
my mind is racing faster
every minute
what could I do more
yeah I'm really not sure
I know I'm running circles
but I can't quit

and I'm so confused
about what to do
sometimes I want to
throw it all away
controlling everything in site


I'm feeling weak
I don't feel right
you're telling me
I have to change
telling me to act my age
but if all that I can do
is just sit and watch time go
then I'll have to say good bye
life's too short to watch it fly
watch it fly

estación

Llego a la estación 10 minutos antes de lo acordado (quizás la única costumbre decente heredada de mi familia). No hay apuro. Enciendo un cigarro mientras me siento en las escaleras de salida del Metro. Con la tranquilidad que me da ver toda la estación. Así te veré en cuanto llegues.



Las fotografías en blanco y negro que cuelgan en la estación contrastan con el colorido abanico multirracial que cruza el espacio frente a mí. Alemanes, Norteamericanos, orientales, incluso uno que otro musulmán abarrotan la estación a estas horas de la tarde.

Varios son los que esperan, como yo, que una persona acuda a ellas y los saque de la apatía de la espera. A quien esperan? Que harán cuando se encuentren? Un café quizás, una película, un paseo por el parque? O simplemente una habitación barata en uno de los moteles del barrio.

A la hora en que se supone llegarías me levanto de mi improvisado puesto de vigilancia. Comienzo a caminar por la estación oyendo el TAC-TAC de mis zapatos sobre el piso de cerámica. En un acto casi inconsciente saco otro cigarro de la caja donde sus compañeros esperan y lo prendo. Siento mis pulmones llenarse de humo y la corriente de endorfinas liberándose en mi sistema. Una parte de mi nerviosismo desaparece. Dos niños pelean mientras su obesa madre desciende trabajosamente las escaleras, sudando como un cerdo. El tren llega a la estación con su sonido característico. “Ahí viene”, digo para mis adentros, aún con el dejo de esperanza típico del que sabe espera en vano.

Camino a través de la estacion, pasando frente a los torniquetes de pago y esas puertas de doble salida, vuelvo a pasar por las escaleras y en el último peldaño veo dos pies. “Es ella!”. El pensamiento recorre mi mente. Los pies dan paso a unas piernas largas y esbeltas y luego a una corta falda celeste. “No es ella. Ella no usa eso”. En efecto, no era ella.

Ya lleva 30 minutos de retraso. Mejor la llamo (como siempre desde un teléfono público). La grabadora contesta y se encarga de hacerme perder los 200 pesos invertidos. “Malditos celulares”.

Sigo esperando y escucho por los altoparlantes el inicio del horario rebajado. Con las pocas esperanzas que tenía casi desvanecidas veo a la gente pasar. Algunos de los que esperaban conmigo se han ido, ya sea por el aburrimiento o el encuentro con quien esperaban. Dos personas corren efusivamente hacia el centro de la estación, al encontrarse se unen en un apasionado beso. Una pareja..

Una mujer recorre la estación. Lleva jeans gastados y una chaqueta militar sobre un poleron tipo canguro blanco, también lleva esos audífonos gigantes. “JA”. Se parece a ella.

Otro tren llega a la estación. Miro hacia el andén y veo rostros distraídos. “Sardinas”. Es lo que cruza mi mente cuando veo una turba de gente salir de los vagones. Una hora de retraso. Es obvio que no va a llegar. Busco en mi bolsillo por más cigarros sólo para darme cuenta que no hay ninguno. Saco la caja y, despues de apretarla en mi puño, la tiro a la basura. Arreglo el cuello de mi abrigo y subo las escaleras. Al llegar a la superficie, el viento me golpea frio como solo él sabe hacerlo a estas alturas de Marzo. Miro por última vez la entrada a la estación antes de caminar hacia no se donde. “Quizá era en otra estación”.

mi perro

Chicos, tengo un problema. Nunca pensé que sería el tipo de persona que hablaría de su perro. El tema es que hace poco me regalaron un perro, e hice un par de observaciones bastante interesantes.

Lo primero que te dicen cuando te regalan un perro, una mascota, o lo que sea, es cosas del tipo “una mascota te va a cambiar la vida” o “me encanta mi mascota” y asdf.

Déjenme decirles algo, no. No cambio mi vida. La hizo mas incómoda, eso pasó. Pero, en serio, no es que no me guste, pero no es como lo esperaba. El nivel de entrega mio y del perro no está correctamente balanceado, en serio. Y lo que pasa es lo siguiente.

Todo lo que hago, 24 horas al dia, es salvarle la vida a ese perro, es todo lo que hago.
Paseándolo en la calle, con su correa y es como no, no, eso es vidrio. No, es caca humana, no lo comas. No, eso es un condon, no te lo comas. No, cuidado, ese es un auto, te va a atropellar. Eso es un cable suelto, te va a electrocutar. Es todo lo que hago, y no hay retorno, en serio.

El único retorno que tengo es lo que dice la gente cuando llegan a la casa “oh, me ama! me encanta cuando llego a casa, y el perro me escucha y llega corriendo al lado mio y me lame”

No, eso no es amor, es Comida, el ama a la comida.

El perro es una animal una bestia, y te hace gracias por que tu lo cuidas y eres la fuente de comida que necesita. No juegan con las plantas, no juegan con la tele, no juegan con otra gente. Juegan contigo por que tú lo alimentas.

Eso es todo lo que eres para ellos, cuando llegas es como “oh, voy a comer de nuevo, voy a comer otra vez, Si!”, “pense que nunca mas iba a comer pero voy a comer de nuevo, por lo menos una vez. Ahora puedo volver a lo que hago siempre que es dormir o destruir tu propiedad”.

No, pero en serio, la única vez que ese perro me da algo de satisfacción es, enserio, y no quiero sonar cruel, es cuando se cae.

No se han fijado?, le tiras la pelota, y la pelota da un rebote extraño y el perro no se alcanza a detener y choca con la pared. Y me rio del perro. Pero no me estoy riendo CON el perro, ese es mi punto. El perro no va a decir “viste?, me saque la chucha!”.

Y si eso es lo que vas a hacer mejor tener una persona retardada en la casa. Una persona retardada y domesticada. Alguien a quien alimentas y quizás se caiga y te de risa.

Pero eso es todo, esa es mi relación con mi perro, y es una paja constante. Y será así durante los próximos 12 años, 10, si tengo suerte. Si tengo suerte 10.

Gracias totales, Buenas noches

mrpuck y el cine

Buenas noches de nuevo, un placer para ustedes el tenerme aquí. Hoy Quero comentarles algo que me pasó el otro día cuando fui al cine.



Iba entrando al cine con una amiga. En realidad no era mi amiga, era una conocida a la que le tenía ganas y bueno, salimos juntos.

Dejenme empezar de nuevo.

Iba entrando al cine con una conocida, pensando en que película ver, cuando no pude evitar escuchar a un tipo, parado frente al stand de comida del cine, acosando al pobre adolescente trabajador que lo único que quiere es juntar dinero para su Nintendo Wii.

En fin, este tipo decía algo así: “Hola, si. Quiero tres paquetes de dulces, una bandeja de nachos, dos chocolates grandes, y un paquete de cabritas grande, ese es el mas grande que tienes? Si?, No tienes un barril o algo? No? Ya, dame dos entonces. Si, eso sería todo. Ah! Y una coca Light.”

Bueno, ese no es el tema. La cosa es que compré mi entrada, me senté en la butaca correspondiente y el tipo que se sentó en la butaca delante de nosotros tenía uno de estos barriles de cabritas y se estaba echando puñados, PUÑADOS de cabritas a la boca. O sea, son realmente TAN ricas que tienen que meterse puñados enteros a al boca? En fin…

Pero lo realmente extraño sucedió cuando comenzaron a proyectar los comerciales, y estaban dando este comercial, no se si lo han visto (no? Gracias.), sobre que descargar películas o música desde Internet era ilegal y todo el tema?, y lo ejemplificaban diciendo…

“No robarías una cartera”, “no robarías un auto”. Y yo pensaba, quizá SI robaría un auto. Si fuera tan fácil como “pinchar el auto”, y que dos minutos después el auto fuera mío. O robaría un auto si la persona a la que le robé el auto… todavía tuviera el auto.

Hasta que finalmente empezó la película y como media hora después de que comenzara, esta mina con la que había ido al cine se me acerca al oído y me susurra. “Hey, que te parece si me pongo cariñosa contigo ahora?”. Yo, de verdad, me sentí profundamente ofendido. A mi no me criaron así. Osea, Que Tipo de mujer, en una primera cita, cree que esta bien HABLAR durante una película.


Gracias Totales, Buenas noches.

18 de febrero de 2008

pequeño cuento de hadas

Había una vez una princesa que vivía en su castillo, cerca de una estación de transferencia eléctrica. Se rumorea que las torres de alta tensión producen problema a la salud, pero la princesa era sana. Y linda.


Un día, mientras la princesa paseaba a caballo por las praderas de su reino, un pobre mendigo le acercó a su séquito y, arrodillándose humildemente frente a ella, extendió sus manos y ofreció a la princesa lo que éstas sostenían.

- Tomad, o bella princesa. Os ofrezco la única manzana que este árbol ha dado. No es mucho, lo sé. Pero su sabor solo puede compararse a vuestra belleza. Sed vos entonces, dulce señora, quien pruebe bocado de este fruto.

Los guardias rieron, e insultando al campesino, le obligaron a irse.

- Y quien os creéis, campesino, para ofrecer regalos a la princesa? Tus sucias manos son incapaces de cosechar de la tierra algo más que tierra misma. Idos ahora y no volved a molestar a la princesa.

Sin embargo la princesa, misteriosamente encanta por la verborrea incontenible del campesino, detuvo a los guardias antes de que comenzaran a golpear al campesino y acepto gustosa el regalo que éste le ofrecía.

- Gracias, buen campesino, por el regalo que me habéis dado. Si esta manzana es tan buena como dices, justo es entonces que la coma.
- Es mas que eso, noble princesa. Hay algo dentro de esa manzana solo para vos.

La princesa agradeció nuevamente al campesino y marchó de regreso a su castillo, donde llegó cerca del atardecer, aún con la manzana entre sus manos. Al mirarla, pudo ver que el fruto parecía palpitar, y cada cierto tiempo, una luz dorada parecía emanar de su superficie. La princesa la miró sorprendida y al acercar sus oídos, notó los latidos del corazón del campesino.

Inmediatamente la princesa mandó a llamar al campesino para que le diera explicaciones, pero su celular estaba apagado y no aparecía en Messenger. Largo tiempo pasó y la princesa decidió partir en su busca. Lo encontró en el mismo lugar donde se había separado meses antes, esperando a que llegara.

- Sabía que vendrías, princesa. Os he estado esperando.
- Como supisteis que vendría?
- Tenéis mi corazón, bella. Fue así como lo supe.
- Tu corazón? Eso es lo que había dentro de la manzana? Eso que palpitaba?
- Eso, Natalia, es lo que me mantenía vivo. Saber que estás cerca de mi corazón. Dime ahora, por favor, estoy yo cerca del tuyo?

La princesa miró su reloj, nerviosa. Pensó en mentir para evitarse problemas de vuelta en el castillo, pero decidió decir la verdad.

- Siempre ha estado, mi vida. Pues hace años vine yo, y planté una semilla de manzano en estas tierras, y en esa semilla iba mi corazón. Y ahora nuestros corazones están juntos. Y así deberán mantenerse.

reinauguración

Damas y caballeros, sed Bienvenidos a la reinauguración del blog mas abandonado del mundo..
manténgase en sintonía para mas noticias...

11 de febrero de 2008

Happy Birthday


Esta cosa cumple un año sin actualizacion !!!!!

Celebremoslo