28 de febrero de 2008

mujeres. Cap 6

Como siempre, los golpes en la puerta me arrebatan de los brazos de morfeo. Claudia llama desde el otro lado preguntando si estamos presentables. Le respondo que pase. Entre el caos que es nuestra habitación, nuestros cuerpos apenas cubiertos por las sábanas forman una imagen mas que sugerente. Claudia entra en la pieza y al vernos sudadas y desaliñadas no puede evitar sonrojarse. Comienzo a notar alco en ella que no había notado antes de conocerte, amor. Veo que sus ojos no logran apartarse de mis pechos, que su respiración se acelera. Desde tu posición te das cuenta del hecho y decides romper la incómoda situación.



- Ehm.. Claudia, cierto? – Le dices, mirándola.
- Alcánzame mis calzones por favor. Los estás pisando – Claudia se sonroja aún mas mientras yo me pongo a reir
- T….toma. – tímidamente se acerca para pasártelos. Sus ojos siguien clavados en mis pechos.

Te levantas deshinibidamente de la cama y te vistes, lo que para ti significa andar con calzones por todos lados. Empiezas a recoger las cosas mientras te quejas por el estado en que “alguien” dejó la pieza. Me tiras mi ropa para que me vista. Claudia sigue ahí, apoyada en la puerta.

- Que pasa Claudia? Estás como perdida hoy. – Le digo para desviar su vista de mi cuerpo. La verdad no me molesta, pero no quero que se se de cuenta.
- Ah? No, nada. Es que me sorprende un poco verlas así. Disculpa que diga esto Ursula, pero Fernanda, tu eras tan fijada en los hombres, cómo pasó esto?
- No sé. Simplemente pasó – Me miras y sonríes, luego me lanzas un beso, que parece incomodar aún más a Clauda
- Ehm... Bueno, está listo el desayuno por si quieren.
- Gracias!, vamos altiro

Nos vestimos a la rápida y salimos a tomar desayuno. Ya estaban todos sentados. El desayuno transcurrió mejor que la cena de la noche anterior, Diego estaba callado, Hernán y Marcelo hablan entre ellos.

Desayunamos rápido y antes de levantarnos de la mesa, Carlos toca la bocina desde el auto, que ya nos esperaba afuera. Nos despedimos rápidamente y, despues de recoger el maletín en nuestra pieza, Bajamos y tomamos el auto.

El auto de Carlos nos lleva a una casa en el barrio Brasil. Por fuera no es mas que una casa como cualquier otra, pero por dentro todo es distinto. Música reggae invade el lugar. Un olor a marihuana que me marea desde el instante en que cruzo la puerta de entrada. Rastas fumando en todos los rincones. Un viejo de largos cabellos apelmazados se acerca a nosotros, te saluda efusivamenbte, en un torpe español.

- Ursula, me love. Como van las cosas? Supe que Peter tubo un problema gracias a ti
- Nunca me cayó bien – Le dices, sonriendo – Déjame presentarte a mi novia, Fernanda.
- Fernanda! In me Country conofí a una Fernanda.
- Si? Que divertido – dije tímidamente – Y como era?
- No me acuerdo. La maté antes de grabarme su rostro. Pero estoy seguro que no era tan linda como tú.
- Gracias – es lo que atino a decir, algo asustada.
- So, Tell me me baby, donde está la droga?
- Carlos la tiene en el auto.
- Good. Vamos a buscarla.

Salimos del edificio. Carlos está afuera en el auto, escuchando un extra que habla sobre el asesinato de un tal Rossemberg, un empresario alemán. Carlos se baja del auto y abre el maletero.

- Lemme see me stuff – Dice el viejo, con notoria ansiedad.
- Aquí está – Dices, mostrándole la mercancía
- Nice. Acompáñenme para entregarles lo acordado.


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