26 de febrero de 2008

mujeres. Cap.2

Tu departamento. Un espacio que por unas horas se transformó en el cielo para nosotras dos. Nos besamos, nos unimos. La luz del amanecer se cuela tímidamente entre las cortinas y tu hermoso cuerpo desnudo destaca silueteado entre la semipenumbra de tu habitación. El aroma a sexo aún no desaparece del lugar y me impulsa a tocarte, tú aún en sueños. Lentamente despiertas y me sonríes pícaramente…


Ya es mediodía. Te levantas, te pones una bata y mientras yo me doy una ducha, preparas el desayuno. El aroma a café fresco llena todo el departamento. Salgo de la ducha y, despues de secarme, me visto solamente con mi ropa interior y una polera que me acabas de prestar. Me siento sexy. Te veo sentada frente a la mesa, tomando café con leche y una tostada. Me invitas a sentarme junto a ti, tomamos desayuno juntas, como muchas veces lo haríamos despues. Mi celular suena. Son mis amigos, aún preocupados por mí despues de la escena de anoche. Les conesto de mala gana mientras tú enciendes el televisor. Las noticias del mediodía hablan del decomiso de un enorme cargamento de cocaína en el puerto de Valparaíso. Hay tres personas detenidas. Tu eterna sonrisa se desvanece cuando escuchas los nombres de los detenidos.

- Conchetumadre, pillaron al Chico!!!!
- A quién? – Pregunto, sin entender lo que pasa.
- Me tengo que ir, y será mejor que tú también lo hagas. Mira, juntémonos en la Blondie en una semana más. Te voy a estar esperando en la entrada, donde nos conocimos.
- Pero, que pasó?!
- Nada, mejor andate luego, después te explico.

Nos vestimos rápido y en silencio. Me dejaste un poco de dinero para irme a casa y te despediste con un beso. Si hubiera sabido entonces todos los problemas que vendrían, hubiera pensado dos veces antes de dejarte salir del departamento. Termino de vestirme y salgo con destino a mi casa.

Llego a mi casa, mis amigos estában esperándome. Enojados, y no es para menos. No había respondido el celular desde que me fui y los pobres no tenían la más minima idea de onde estaba. Despues de soportar los retos de todos ellos, me voy a mi habitación para descansar de la agitada noche que tubimos, mi amada Ursula. Me recuesto en mi cama y lentamente comienzo a caer dormida.

Ahí estás tú, corriendo como una niña, sin más abrigo que un largo vestido blanco. Las flores del campo en el que corres acarician tus hermosas piernas. La brisa juguetea con tu pelo mientras nuestros ojos se cruzan. Yo sonrío, sentada donde estoy, mirándo cómo te diviertes.

Fuertes golpes en la puerta me alejan del hermoso sueño que tenía. Hernán me llama desesperadamente desde el pasillo, avisándome que tenía visitas. Aún media dormida salgo al comedor y te veo ahí, Con el pelo suelto y unos lentes oscuros cubirendo tus hermosos ojos, estás como acelerada. Me entregas una maleta. Me haces prometer que no la abriré. Besas mis labios fugazmente y sales de la casa. Afuera, un auto espera con el motor encendido. Yo me quedo desconcertada. Mis amigos aún más. Por primera vez siento un hormigueo recorriendo mi espalda, hormigueo que despues de un tiempo lograré entender significa problemas. Apreto el paquete contra mi pecho y me encierro nuevamente en mi habitación.

Puedo oír el auto partir y alejarse calle abajo. Te extraño, me doy cuenta que no puedo estar sin ti, que de alguna extraña manera haz hecho que me enamore. Empiezo a llorar. Algo me dice que no será la última vez que te vea, pero que todo será muy diferente desde ahora.

Lloro toda la tarde hasta que el hambre y el cansancio pudieron más. Salgo a la cocina, mis amigos no están, como todo lo que puedo y vuelvo a mi cuarto. Me recuesto en la cama y caigo profundamente dormida.

No hay comentarios.: